martes, 26 de marzo de 2013

Un mensaje perdido



Y es que eso era...era un mensaje perdido entre un sueño y mil realidades.

Le pedí que me contará sus ausencias...me las contó todas, sin excepción, y por error ( a mi conveniencia) olvidó la suya en el único "Estás aquí" que yo dije... ese fue el último día que supe de él, aunque en ocasiones prefería no saber ni una foto de él, porque ah! esas fotos decían más de lo que me era preciso "saberle"... Tal vez porque para mi, esas noches de desvelo persiguiendo un sueño de academia, habían quedado rezagados; al parecer para él, comenzaban a tener sentido recientemente.

Mientras tanto, yo sufría (aunque ya no sé con precisión si eso era sufrir) desvelos por creerme  inmune a litros de café con montañas de hielo para el "calor" que esa noche habían entrado en mi cuerpo. Tenia tiempo que no le buscaba, me resultada por demás hilarante y pretencioso el pensamiento que le contenía, había aprendido a tenerle conmigo; pero no siempre en mi mente. Hasta hoy, que mis desvelos tienen aroma de café, y mis sueño corre desesperado tras ese ingrato aroma; y yo, busco entre una montaña de mensajes el último de sus "te quiero"... Ah! Claro, está ahí, sí ahí, en ese mensaje marcado con morado, cuando se tomó el tiempo de decirme que no tenía tiempo para mi, porque las obligaciones eran incuantificables y cualquier tipo de falta, por consiguiente, injustificable...

Después de muchas noches; (Siendo puntual, 68 de ellas) lo encontré entre mis recuerdos y mi inconciliable sueño.Su lamento ante la situación de sólo tener tiempo de decirme que no lo tenía para estar junto a mí, comenzaba a tener sentido, o quizá, y mejor dicho; a carecer completamente de él.

El inicio de todo esto fue la noche que me dijo que se iría por un congreso a un lejano estado que empezaba con "G" (¡Según mis fallidas lecciones ortográficas, causa de la burla de mis amigos "universitarios"!)... El estado era Querétaro, y era allá, donde habría de presentar una importante ponencia. Ese día se me ocurrió decirle que tenía una maraña de sentimientos encontrados que me resultaba impreciso descifrar. Él sólo contestó: -Quizá nos tocará converger en otra vida; otro karma. Lo entendí cómo el final... Y luego me pregunté impaciente e incierta de todo, ¿Final?... Conclusión en extremo cuestionable.

Ante la disculpa y el arrepentimiento de tener escasos minutos para hacerme saber (obviamente no en persona)  que me "quería" y esbozar que lo efímero era su tiempo compartido, mi descontento y mi sorpresa fueron inimaginables... Así, dí salto y seña de mi ubicación, y aseguré -Todos tenemos cosas por hacer, hazlas. Con la esperanza, o quizá con el desazón de que comprendiera que eso significaba que anhelaba que hiciera lo "necesario" para saberle, para escucharle... Nada pasó después, "sólo la vida".

Heme hoy aquí, buscando entre un millar de mensajes, uno marcado con color morado, o violeta, ahora no puedo ser exacta con el color, uno en mis recuerdos vacíos que me asegure "nos volveremos a ver"... Pero no existe.


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